Salgo al balcón y pienso:
Los que duermen no miran el cielo.
¿Y los que caminan, los que salen del teatro, con tanta oscuridad sobre sus cabezas?
Miro por la ventana a los que vuelven a casa: No miran el cielo.
¿Cuánto pagarían por una platea para mirar el cielo?

Luis Cano